domingo, 13 de marzo de 2016

El Viaje






Hoy deseo iniciar  agradeciendo la oportunidad que me brinda el padre de crecer junto a tod@s, por el regalo de la vida, y la maravillosa experiencia del amor, desde mi fe creo que solo estamos  de paso en este mundo y que la existencia en el mundo físico es solo un trayecto, una sección de esta autopista que es la vida, y como una gran carretera uno mira por las ventanas del autobús y ve el paisaje transcurrir con un gran escenario, en ocasiones el paisaje es colorido, otras veces es oscuro,  gris con nubes y lloviznas .



En el trayecto este autobús se detiene, sube y bajan personas o solo para dejar o recoger carga, seguimos mirando vemos como otros viajan en otros autobuses, en coches, motocicletas, bicicletas incluso de a pie y pienso que lo importante es ir y cada uno experimenta en forma única este viaje, acompañados por nuestros pensamientos y sentimiento cargando nuestro equipaje compuesto básicamente por las cosas que pensamos nos harán grato y feliz este viaje y dentro de nuestras maletas llevamos nuestro ego delicadamente envuelto en nuestra arrogancia y orgullo, adornado con la razón, pero algunos solo portan una pequeña maleta de mano llena de sonrisas, y palabras amables, con actos bondad y su deseo de servicio.


Si bien la elección de subir o bajar es de cada uno y aun cuando algunos viajan en silencio e inmersos en sus pensamientos, otros comparten con quien a su lado esta,  pero el viaje continua miramos por la ventana y vemos como en ocasiones los campos son verdes y plagados de vida otras veces desiertos áridos y solitarios, pero todo tanto las experiencias dentro como lo que sucede fuera son parte del viaje parte de nuestra experiencia, bien podemos elegir bajar en la siguiente parada y quedarnos disfrutando y compartiendo para luego tomar el siguiente autobús.


Un poco elegí esta analogía para abordar el tema de la vida nuestras elecciones y su propósito, no para imponer mi apreciación de esta, más bien mi deseo es compartir mi visión del viaje de la vida, y es que mi vida ha sido sumamente intensa, creo que las personas que contamos con más de cincuenta años de vivir en este mundo hemos tenido la oportunidad de compartir tantos acontecimientos en la   historia de la humanidad ; la llegada del hombre a la Luna y el paso del cometa, la caída del muro y la perestroika, la presencia de la Madre Teresa y de Nelson Mandela,  la abolición del apartheid, hemos visto caer gran cantidad de regímenes totalitarios, también la aparición de otros, la erradicación de enfermedades, y la aparición de otras, los teléfonos celulares y el internet,  hemos visto como unos valores cambian , otros aparecen y algunos se pierden y en todo este cumulo de experiencias  creo que lo más importante no es la inevitable llegada a nuestro destino, sino el camino que elijamos y como lo recorramos, pienso que el mayor de todos los maestros que han pisado este este planeta, el carpintero de Nazaret es el que sintetiza toda la sabiduría que pueda existir cuando nos dice: “Ama a Dios sobre todas las cosas y al Prójimo como a ti” él nos da dos propósitos uno colectivo y otro individual y estos en realidad son uno "El Amor".



El amor a mí mismo como creación única y divina del Padre como hijo suyo y el amor a mis hermanos los otros hijos de Dios, el amor a Dios como padre de toda la creación que se ve reflejado en cada aspecto de esta y sobre todo encarnado en cada hijo suyo. Creo que cada uno de nosotros reflejamos el  amor a nuestra manera, pero la más grandiosa es la de entregar la vida al servicio de los demás,  creo que es una singular forma de encarnar el Amor de Dios en nuestras vidas.

Que el amor sea en tod@s.






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