domingo, 5 de junio de 2016

El Perdón









Perdona nuestras ofensas como nosotros las perdonamos.....Jesús


Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo. Efesios 4:32


De allí que Su Perdón sea mucho más grande que Su castigo, como dice una tradición (hadiz). Y otra afirma: «El que se arrepiente de su falta es como si nunca la hubiese cometido», es decir queda borrada hasta de su memoria, lo cual constituye el sumo del Perdón divino.[10] Allah Exaltado se torna hacia él con el Perdón, siendo Allah por cierto Indulgentísimo, Misericordiosísimo El Corán


, si no puedes perdonar, vivirás con tus enemigos, con tus heridas, con tus dolores, con tus tristezas, con tus resentimientos. Buda



El perdón es la acción por la que una persona perdona a otro una acción considerada como ofensa, renunciando eventualmente a vengarse, o reclamar un castigo o restitución, optando por no tener en cuenta la ofensa en el futuro, de modo que las relaciones entre ofensor perdonado y ofendido perdonante no queden afectadas o queden menos afectadas. la palabra griega que se traduce “perdonar” significa literalmente “dejar pasar”, como cuando una persona deja de exigir que se le pague una deuda. El perdonante no "hace justicia" con su concesión del perdón, sino que renuncia a la justicia al renunciar a la venganza, pues la justicia implica venganza o al castigo o compensación, en aras de intereses superiores. No perdona quien no se siente ofendido por lo que otras personas considerarían una ofensa. Tampoco perdona quien deja de sentirse ofendido tras las explicaciones del presunto ofensor que hacen ver la inexistencia originaria de ofensa alguna. El perdón es obviamente un beneficio para el perdonado, pero también sirve al perdonante y a la sociedad, pues contribuye a la paz y cohesión sociales y evita espirales de venganzas .

Un Buda estaba meditando junto con sus discípulos en el bosque, cuando un hombre de repente lo empezó a insultar y querer agredir.Buda salió del trance al instante y con una sonrisa plácida envolvió con compasión al agresor; sin embargo, los discípulos reaccionaron violentamente, atraparon al hombre y alzando palos y piedras, esperaron la orden del Buda para darle su merecido.

Buda en un instante percibe la totalidad de la situación, y les ordena a los discípulos, que suelten al hombre y se dirige a este con suavidad y convicción diciéndole:

-“Mire lo que usted generó en nosotros, nos expuso como un espejo muestra el verdadero rostro. Desde ahora le pido por favor que venga todos los días, a probar nuestra verdad o nuestra hipocresía. Usted vio que en un instante yo lo llené de amor, pero estos hombres que hace años me siguen por todos lados meditando y orando, demuestran no entender ni vivir el proceso de la unidad y quisieron responder con una agresión similar o mayor a la recibida.


Regrese siempre que desee, usted es mi invitado de honor. Todo insulto suyo será bien recibido, como un estímulo para ver si vibramos alto, o es sólo un engaño de la mente esto de ver la unidad en todo”.
Quien ama, no necesita perdonar
Cuando escucharon esto, tanto los discípulos como el hombre, se retiraron de la presencia del Buda rápidamente, llenos de culpa, cada uno percibiendo la lección de grandeza del maestro y tratando de escapar de su mirada y de la vergüenza interna.
A la mañana siguiente, el agresor, se presentó ante Buda, se arrojó a sus pies y le dijo en forma muy sentida
-”No pude dormir en toda la noche, la culpa es muy grande, le suplico que me perdone y me acepte junto a Usted”.
Buda con una sonrisa en el rostro, le dijo: “Usted es libre de quedarse con nosotros, ya mismo; pero no puedo perdonarlo”
El hombre muy compungido, le pidió que por favor lo hiciera, ya que él era el maestro de la compasión, a lo que el Buda respondió:

-“Entiéndame, claramente, para que alguien perdone, debe haber un ego herido; solo el ego herido, la falsa creencia de que uno es la personalidad, ese es quien puede perdonar, después de haber odiado, o resentido, se pasa a un nivel de cierto avance, con una trampa incluida, que es la necesidad de sentirse espiritualmente superior, a aquel que en su bajeza mental nos hirió. Solo alguien que sigue viendo la dualidad, y se considera a sí mismo muy sabio, perdona, a aquel ignorante que le causó una herida

Y continuó: “No es mi caso, yo lo veo como un alma afín, no me siento superior, no siento que me hayas herido, solo tengo amor en mi corazón por usted, no puedo perdonarlo, solo lo amo. Quien ama, ya no necesita perdonar.”

El hombre no pudo disimular una cierta desilusión, ya que las palabras de Buda eran muy profundas para ser captadas por una mente llena todavía de turbulencia y necesidad, y ante esa mirada carente, el Buda añadió con comprensión infinita:

“Percibo lo que le pasa, vamos a resolverlo: Para perdonar, ya sabemos que necesitamos a alguien dispuesto a perdonar. Vamos a buscar a los discípulos, en su soberbia están todavía llenos de rencor, y les va a gustar mucho que usted les pida perdón. En su ignorancia se van a sentir magnánimos por perdonarlo, poderosos por darle su perdón, y usted también va a estar contento y tranquilo por recibirlo, va a sentir un reaseguro en su ego culposo, y así más o menos todos quedarán contentos y seguiremos meditando en el bosque, como si nada hubiera pasado” Y así fue.



Albert Einstein decía que uno asume una actitud frente a la vida según respondiera a la siguiente pregunta; En qué clase de mundo vivo en uno hostil o en uno amistoso? si creemos que vivimos en un mundo hostil veremos a todos y a todo como enemigos a vencer, la vida se convierte en un inmenso campo de batalla donde uno es el bueno y el resto los malvados, Dios mismo se convierte en un ente que nos atemoriza, con su ira y juicio, en el caso contrario si decidimos y elegimos que nuestro mundo es amistoso y que a pesar de las cosas que nos parasen horribles y negativas todo el cosmos está diseñado para nuestro crecimiento, para encontrarnos con nuestra esencia verdadera, y es a través del Perdón y la compasión en que aquietamos a nuestro ego, lo cual nos permite unir con el amor, que es según mi fe la razón de nuestra permanencia en esta dimensión .

“Ningún problema puede ser resuelto con la misma mente que fue creado”. Einstein

para que podamos mantener una verdadera practica de perdón, es necesario olvidar todo lo aprendido por este sistema, el mundo nos ha programado entre tanto para sentirnos agredidos, y en consecuencia a clamar justicia que como ya sabemos no es más que venganza, es nuestra responsabilidad ser consecuentes con nuestras creencias como lo expone maravillosamente la historia anterior, en mi experiencia personal, he experimentado la satisfacción de perdonar y deseo alcanzar el momento en que ya no deba perdonar porque nada me ofenda o lastime creo ese día mi espíritu se elevara y verdaderamente seré uno con el amor, uno con el todo y sobre todo uno con Dios.


Que el amor se en todo y en todos.

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